Añadir nuevo comentario
Ciclo reproductivo de una pareja de Milanos negros (II)
Por Isabel Mayorga Navarro
El contenido de esta entrada ha sido recogido con la autorización de la autora de la fuente original que podeis consultar aquí.
8 de Abril. Descubrimiento del nido
Ya sabía en que grupo de pinos estaba el nido, ahora era cuestión de acercarme lo suficiente para verlo. Donde alcanzaba la vista con los prismáticos, ni rastro. Escondido en alguna copa, pero ¿qué copa?...
Comencé a tantear el terreno para decidir por que zona sería más fácil acercarme, ya que la pequeña arboleda está bordeada por dos zonas abruptas. A izquierda y a derecha, había bastante dificultad ya que el terreno cubierto de zarzales y bruscos desniveles lo hace intransitable.
En este impasse, la pareja se deja ver remontando corrientes térmicas, mientras buscan a sus presas. Su silueta flotando en el cielo es como una cometa negra, y es por eso que en inglés a esta especie se la conoce como Black-kite.
Justo donde el macho prefería posarse al principio, cerca de la carretera, hay una bajada brusca por lo que no la consideré como opción, pero llegada a este punto, y con la ayuda de mi compañero Andrés (que me ha demostrado tener mucha paciencia estos tres meses, que todo hay que decirlo), me decidí bajar. Camuflada con una red en la cabeza e intentando no hacer ruido, cuál fue nuestra sorpresa cuando, a tan sólo 7 metros aprox., ¡allí estaba!.
Bastante grande, en forma de copa y con gran profundidad, el nido destaca en la parte alta de uno de los pinos. Lo teníamos justo en frente, pero visto desde abajo, poco se podía ver, así que fuimos subiendo hasta tener la mejor visión; ahí estaba la hembra echada, incubando. Con un camuflaje natural perfecto de finas ramas recubiertas de líquenes que da el aspecto de bosque encantado y que hacen imposible su visión, a no ser por el empeño de encontrarlo,... tras un mes siguiéndoles la pista, dí con él.
La hembra aparece camuflada entre el ramaje, un rayo de sol en la cabeza la delata.
El diámetro del nido es de un metro aproximadamente y un grosor de 70 cm. Esta gran envergadura (la media para la especie es de 80/50) deja la posibilidad de que no sea el primer año que anidan aquí o bien son unos máquinas.
"Las parejas expertas tienen una duración media de la construcción del nido de 10,6 días y las parejas nuevas de 16,8 días (Viñuela, 19931 ). Las parejas prefieren orientar sus nidos hacia el este, particularmente las que inician antes la nidificación, con lo que incrementan el éxito de nacimientos (Viñuela y Sunyer, 1992)."
Sea como fuere, parece que la pareja vive unos de sus mejores años reproductivos y prueba de ello es esta espectacular construcción.
La paciente espera. La incubación
A partir de este momento, mis visitas al lugar eran tranquilas y lo más silenciosa posible. Elegí el mejor sitio posible desde el que iba a poder observar sin molestar con mi presencia.
El macho espera pacientemente en uno de sus posaderos, ahí se le encuentra siempre. Incubando, la hembra no se mueve del nido y solo varía de un día a otro, el sentido de la postura. Muy pendiente a cualquier ruido, a menudo se rompía el silencio con su llamada ante la presencia del macho. Este aparece ofreciéndole su presa para cuidarla; para alimentarla, este será su cometido durante todo el período de incubación. Un fuerte viento mece las ramas donde la hembra está pendiente del macho que le sobrevuela.
Un fuerte viento mece las ramas donde la hembra está pendiente del macho que le sobrevuela.
Han sido unos días con buen tiempo, con un Temperatura ambiental media de 20º, aunque hay días en los que el viento de levante pega fuerte. Esos días me daba la impresión que la gran rama que sostenía el nido, podía caer, sin embargo, me pude dar cuenta de la fortaleza y flexibilidad de esos preciados árboles que nos purifican el aire.
Hay una investigación pionera del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre esta especie en la que se da detalle de la peculiar costumbre de adornar el nido con plásticos de color blanco con el fin de alertar de su capacidad de defensa frente a ataques.
En nuestro nido se comprueba claramente esta característica, el plástico además se va renovando conforme pasan los días. En este caso, hay que decir que, desgraciadamente, les es muy fácil encontrar este residuo por los alrededores cercanos. Y como anuncié, según el nombrado estudio, nuestra pareja debe tener 10-12 años con un nivel de decoración ~50%, a la edad que se espera el máximo éxito reproductor.
Sábado, 30 de abril de 2016. ¿Quién vigila a quién? Hay que observar muy bien para verla con la mirada fija en mí.
En plena migración prenupcial, a la 13 h. del sábado 30 de Abril, el cielo era un hervidero de rapaces, en estos dos meses no había visto nada igual. Águilas calzadas, milanos y buitres sobrevolaron la zona poniendo en alerta al macho que guardaba el espacio con su vuelo y no dudaba en atacar a las que se acercaban.
4 a 8 de Mayo. Éxito de la incubación seguida de una semana de incertidumbres
La paciente espera acabaría para la pareja unos días antes que yo descubriera, por fin, que la incubación había sido satisfactoria y al menos un pollo era fruto de la eclosión.
La duración de la incubación en esta especie es muy variable, entre 25 y 38 días según datos para el conjunto de Europa (Meyburg, 1971) y entre 30-34 días en España. Por eso, andaba desconcertada que no desilusionada, y es que, sin saber exactamente el día y el nº de huevos de la puesta, no tenía la menor idea de lo que podía ocurrir.
Mis dudas por fin se despejaron la tarde del 4 de Mayo al poder ver la cabeza del polluelo delante de la cabeza de su madre. ¡¡Estaba ya crecidito!!. Debía tener una semana más o menos. Una cabecita de plumón blanco reluciente en la que destacan dos surcos negros en los ojos y su inconfundible pico. ¡Me tenía emocionada!.
El continuo movimiento de las ramas por el viento me dificultaba centrar el objetivo.
Al menos un pollo había nacido y estaba bien alimentado y cuidado. La reproducción había tenido éxito. Era un gran día, pero...
La semana más lluviosa de Ceuta tuvo lugar del 04 al 12 de Mayo.
Tras una semana de continuas lluvias (y la única en Ceuta de la temporada de 2016) sin saber nada de la familia, mi preocupación por la supervivencia de los pollos eran producto de mi desconocimiento, por un lado, y el cariño que les había cogido, por otro.
Era obvio, estas rapaces están preparadas para las inclemencias del tiempo y las suaves lluvias caídas en Ceuta no son nada, comparadas con lo que éstas y todas las especies deben aguantar en la naturaleza. El ser humano ha perdido esa percepción de la realidad que da el cielo abierto como techo.
Con las plumas mojadas, inamovible, preciosa, la madre milano seguía en su nido resguardando su descendencia. Me hizo perder ese miedo subliminal presente en mí, y comenzar a disfrutar de lo mejor, que estaba por venir; seguir los pasos del crecimiento de los revoltosos pollos.
El día 8 de Mayo, seguía lloviendo, el plumaje del ave se puede ver completamente mojada protegiendo con su cuerpo, su prole.
Se puede observar en el borde del nido que no le falta la comida que le proporciona el macho, que no se separa de ella y la controla muy de cerca, alejándose de la zona solo para cazar y que se deja ver realizando vuelos de reconocimiento sobre el nido, y sobre mí.
10 al 14 de Mayo. No solo uno, tres hermosos pollos
Y,,,,,,, Comienza lo bueno!.
Dos días después, en una escampada, volví a subir. Una grata sorpresa me esperaba, la madre milano ya no estaba tumbada como hasta ahora y tres bolitas plumosas blancas sobresalían del nido delante de ella. Son tres los pollos que han nacido con éxito y con muy poca diferencia de tiempo entre ellos. Fue una tarde expectante, no me podía mover de allí, como la milano, era una satisfacción verlos moverse, simplemente. Era el momento del ciclo en el que no podía faltar un día sin ir a echarles el vistazo y así quedarme tranquila de que todo seguía su curso.
La madre permanece en todo momento al lado de sus polluelos alimentándolos y cuidándolos.
La comida como se puede apreciar en el borde del nido, no les falta.
Viernes, 13 de mayo de 2016. 17:57. Atentos al momento captado; son muy pulcros, haciendo sus necesidades fuera del nido.
Los polluelos se encuentran tranquilos cuando están bien comidos, pero los momentos en los que aparecen inquietos es que esperan su ración diaria, esperan la llegada del padre que por fin, me dejó fotografiarlo en el nido. Fugaz, apareció dejando la presa y desapareció, dejándome a mí, esta esperada instantánea;
14 de Mayo de 2016
16 de Mayo de 2016. Pacientemente esperan al macho que nunca les falla
Continuará...........