Ciclo reproductivo de una pareja de Milanos negros (I)

Imagen de SeoCeuta

Por Isabel Mayorga Navarro.

​El contenido de esta entrada ha sido recogido con la autorización de la autora de la fuente original que podeis consultar aquí.

¡Estamos de enhorabuena!

El LIC-ZEPA Calamocarro-Benzú de Ceuta cuenta desde esta primavera con una familia de rapaces más. El asentamiento en dicha zona de una pareja de milanos negros que se ha reproducido con éxito así lo corrobora.

No hay documentación reciente ni histórica que avale el anidamiento de la especie Milano negro (Milvus migrans) en Ceuta, de ahí la enorme sorpresa al encontrarme una pareja apareándose y construyendo su nido.

Esta especies es una de las rapaces más abundantes de toda Europa. Tiene una longitud de 50-60 cm, una envergadura de casi dos metros y un peso de aproximadamente 1 kilo. Podemos observar esta especie en gran número en los cielos de Ceuta cuando migra a través del Estrecho de Gibraltar. Durante sus migraciones se concentran por miles en muchos puntos de la geografía.

 En Europa sus poblaciones son estivales, recorren miles de kilómetro para invernar en África. En España solo nidifica en territorio peninsular, siendo rara su presencia en en todo el sureste peninsular. Aunque si está presente en todo el norte de Marruecos y Argelia. (Fuente: SEO-birdlife).

Área sureste de Ceuta (Benzú) elegida por la pareja para anidar.

Área sureste de Ceuta(Benzú) elegida por la pareja para anidar.

Una pareja ha elegido Ceuta como área de cría. Un área en el monte de Benzú no muy arbolada en el margen noroeste de unos pinos reductos que se entremezclan con algunos eucaliptos y muy cerca de la carretera.

El aumento de la biodiversidad de nuestros montes es, sin duda, una buena razón para proteger nuestro pequeño Patrimonio Natural.

Este reportaje incluye fotos y vídeos realizados durante los meses de Marzo, Abril, Mayo y Junio, tiempo que duró el ciclo completo de la reproducción. Describo lo que pude contemplar durante esta magnífica experiencia como espectadora de excepción de la cópula, la construcción del nido, incubación y alimentación de los pollos, hasta que fueron lo suficientemente grandes como para dar el salto y abandonar el nido. Como naturalista me considero privilegiada de poder contar algo así de manera documentada, del todo inolvidable y probablemente irrepetible. Ha sido un seguimiento contemplativo y no programado, realizando las visitas al lugar siempre que he podido e intentando, en todo momento, interferir lo mínimo posible en el espacio de las rapaces.

A partir de la mitad de Febrero, los amantes de la naturaleza estamos pendientes de la migración prenupcial de las aves que convergen en este espectacular punto llamado Estrecho de Gibraltar. Milanos negros, aguiluchos laguneros, águilas calzadas, buitres negros, leonados, forman el grupo de las rapaces y carroñeros que se dejan ver, pero también muchas pequeñas aves comienzan en esta fechas sus fatigosos viajes hasta sus lugares de cría. Esto es un espectáculo natural donde Ceuta es un gran Mirador privilegiado.

Los compañeros de la asociación SEO-Ceuta nos vamos comunicando los avistamientos a diario. Fue una notificación, a través del grupo, de una observación de un aguilucho lagunero lo que hizo ese día que saliera a dar una vuelta por el campo, sin saber que iba a ser una tarde muy especial...

El encuentro con la pareja

Ese día, 11 de Marzo sobre las 5 h. de la tarde nada me hacía presagiar el encuentro que iba a tener lugar tras hacer una parada, como otras veces, en el monte de Benzú cerca de la cantera, la cercanía del Yebel Musa o Mujer Muerta desde este lugar te envuelve con su grandeza.

Una sombra baja, rápida,de repente surgió despertando toda mi atención. Me acerqué a la arboleda de pinos donde había intuido la aparición y después de unos minutos de silencio,... ¡apareció! Salió volando y comencé a hacer fotos para congelar su imagen y así aclarar de que rapaz se trataba. Sin duda era un Milano negro (Milvus migrans).

Fue a partir de ese momento y en no más de cinco minutos, que su compañera se dejó ver, Hacía también un vuelo bajo y elegante para posarse junto a su cónyuge. 

Si me acercaba más de la cuenta los perdía, si me quedaba inmóvil unos minutos, aparecían de nuevo. Así durante media hora aproximadamente, los iba espantando con mi curiosidad hasta que decidí parar.

Al ampliar las fotos hechas a uno 100 metros de distancia me pude fijar que estaban comiendo, en la secuencia se aprecian presas pequeñas que cada ejemplar sostiene apoyado en la rama y que comen ayudándose de sus garras.

El apareamiento

La hembra estaba sola posada en una rama despejada y comenzó a llamar al macho con un sonido que puedo describir como algo parecido a un relinche de caballo mucho más suave. El reclamo de escasos tres segundos, lo repitió varias veces.

De pronto el macho le apareció por su espalda, agarrándola y echándose sobre ella.

He de decir que el ver a una pareja de rapaces copulando tan cerca es algo espectacular. Elegante, bella, la pareja parece de pocos años por su plumaje y porte pero me es imposible dar una edad. Como explicaré más adelante, sus edades pueden estar comprendida entre 10 y 12 años, más adelante explicaré por qué. Esta especie de rapaz suele vivir ~22 años y a los 2 años ya es reproductiva.

Unos bellos ejemplares apareándose me dejaron unas espectaculares fotografías en muy pocos segundos. Como buena naturalista, debía hacer algo...

Debía compartirlas, y es por ello que me puse manos a la obra en este reportaje. En el siguiente portafotos podéis ver una selección de fotos del apareamiento, están realizadas con objetivos 300 y 500 mm y con la calidad de una simple aficionada que soy.

Podéis ver la secuencia de fotos del apareamiento completo en el siguiente vídeo editado. La inmediatez de la escena de escaso medio minuto, hizo que no pudiera utilizar el trípode para estabilizar mi cámara, claro que, ¡si hubiera tenido tiempo hubiera realizado directamente un vídeo!.

Preciosos, ¿verdad?. Una corta pero intensa secuencia que las parejas de esta especie repiten frecuentemente una vez que se emparejan tras el cortejo que el macho realiza con espectaculares vuelos.

Fue unos días más tardes, sin embargo, cuando pensé con calma en la oportunidad que la naturaleza me brindó ante mis ojos. Iba a poder documentar el ciclo reproductivo de una preciosa pareja de Milanos negros a lo largo de cuatro intensos meses que dura su ciclo de reproducción.

Este trabajo me ha servido para conocer esta especie en profundidad, a la vez que he podido disfrutar con cada una de las fases del ciclo.

La construcción del nido y los posaderos

Podéis imaginaros mi ilusión y la adrenalina que me acompañó todo el día. Deseando que llegara el día siguiente para volver a ir.

El área donde se movían era amplia, por lo que aparecían y desaparecían sin más. Por ello, al día siguiente decidí moverme un poco siempre dentro de ese área. Volví a escuchar a la hembra, así que intenté seguir el sonido... Y voilà, se dejo ver de cerca, esta vez el macho. Y comenzó el baile de vuelos.. Fijándome en detalle puede ver que transportaba ramas con el pico: ¡Estaban construyendo el nido!, como era de esperar.

Tras el éxito de las cópulas, la hembra se debe disponer para la puesta e incubación. Era asegurar la posibilidad de lo improbable, una pareja de milanos se estaba estableciendo en territorio ceutí.

Esperando con paciencia, se posaron muy cerca mía, muy cerca del lugar en el cuál se aparearon. A partir de ahora mi gran reto no era otro que encontrar ese rincón donde dejaban las ramas, el NIDO.

No dejaba pasar más de dos días sin dar una vuelta por la zona. Y no fue fácil dar con el sitio exacto para poder tener a la pareja a la vista sin, a la vez, yo ser vista, teniendo en cuenta que a la agudeza visual de una rapaz es difícil escapar. 

Pronto la pareja disminuyó sus movimientos de posado a uno solo. Una zona arbolada poco accesible ya que está justo en un barranco, sin embargo, rodeándolo llegué a una zona despejada que tiene una vista bastante aceptable, a unos 150 metros desde abajo, desde una cota inferior. Intentaba acotar al máximo sus movimientos para descifrar el lugar exacto del nido. Así fue como durante varios días pude fotografiar los posaderos elegidos por el macho y por la hembra, los cuales usaban para comer. Y para matar el tiempo durante mi vigía, había muchas aves pequeñas que fotografiar así como de algunas pequeñas flores primaverales.

La pareja se suele posar siempre en las mismas ramas, solo unas pocas elegidas. Siempre cerca uno de otro. Su alimentación es bastante variada, en las imágenes puedo distinguir desde ratones a una gran pieza. Los milanos negros, a diferencia de otras especies de su familia es un cazador oportunista y carroñero, caza presas moribundas, dando valor a la cadena trófica en nuestro monte.

Desde mi zona de observación se puede ver al macho. Ha elegido una gran rama de un viejo pino, en la parte baja de su territorio y orientado a la zona abierta del mismo. En esa rama consume sus presas y se pueden observar los restos de las mismas que a veces son bastante grande.

La hembra, la mayor parte del tiempo estaba fuera de la vista de cualquier extraño, salvo en algunas ocasiones que salía para cazar o comer en una rama, lo que me hacía pensar que aún no incubaba ya que si no, no dejaría su puesta, elegía un lugar situado más arriba del descrito para el macho, era de suponer que, muy cerca del nido.

Los días de puestas fueron entre la última semana de Marzo y la primera semana de Abril, ya que fue en esos días que la hembra ya no se dejaba ver en ningún momento.

Continuará................

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